JIM

ESTE BLOG PRETENDE DAR A CONHECER UM POUCO DAS MINHAS AFINIDADES, PREFERÊNCIAS E AMIZADES.

sexta-feira, dezembro 30, 2005

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quarta-feira, dezembro 28, 2005

http://www.bisabuelos.com/ape/madaleno.html#mad

MADALENO

1) Significado: Lo más probable es que el apellido Madaleno o Magdaleno proceda de los nombre Magdalena y Magdaleno. En el caso de nuestro apellido Madaleno así es, y ocurrió en fecha relativamente reciente. En el siglo XVII lo comenzó a usar Francisco Rodríguez Madaleno (1651), hijo de Francisco Rodríguez y Madalena González.
2) Casa solar: Aunque nuestro apellido Madaleno nace en Castilla, en el siglo XVII, es interesante saber que hay otras ramas con este apellido que proceden de Andalucía. Efectivamente, el apellido Madaleno es uno de los apellidos andaluces autóctonos. Es decir, es un apellido que nació en la misma Andalucía y no proceden de Castilla. Su origen está en Noalejo, partido judicial de Huelma (Jaén). Noalejo es un municipio de la provincia de Jaén situado en la zona de "Los Montes" (estribaciones de la Sierra Nevada), a 47 km. al sur de la capital, colindante con la provincia de Granada. Su actividad productiva son cereales, legumbres y olivos, ovejas y cabras. Los primeros Madaleno de nuestra familia se llamaban "Rodríguez Madaleno" y proceden de Torrelobatón, Valladolid. Francisco Rodríguez Madaleno (1651) era hijo de Francisco Rodríguez, natural de Monforte de Lemos (Lugo), y de Madalena González, natural de Puebla de Trives (Orense). Ver Rodríguez.
3) Armas: Un linaje Madaleno, de Castilla, usa: Escudo partido; 1º en campo de gules, un aspa de oro, y 2º en campo de azur, un castillo de plata, y sobre él, una cruz floreteada de oro. Armas de Madaleno.
4) Antepasados: (ver árbol genealógico)
I. Antonio Rodríguez (7° abuelo de Cándido Madaleno Gasteasoro) nació en Monforte de Lemos, Lugo (Galicia), hacia el año de 1590. Casó con María López (Lópes) hacia 1620 (ver López). Eran vecinos de Monforte de Lemos cuando casó su hijo Francisco en 1647. Tuvieron por hijo a
II. Francisco Rodríguez López (6º abuelo) nació en Monforte de Lemos hacia el año de 1617. Casó con Magdalena González el 12-IX-1647 en la parroquia de Santa María de Torrelobatón, Valladolid (en la partida aparecen los nombres de sus padres y sus lugares de origen) (ver González). Tuvieron por hijos a Francisco (12-VIII-1651) y Joseph (25-III-1654; que casó con Catalina Aparicio).
III. Francisco Rodríguez Madaleno (5º abuelo) nació en Torrelobatón, y fue bautizado en la parroquia de Santa María, el 12-VIII-1651. Casó con Catalina de los Queridos, en la parroquia de San Pedro de Torrelobatón, el 29-VI-1673 (ver De las Queridas) . Tuvieron por hijos, en Torrelobatón, a: Bentura (c.1675), Josefa (c.1678), Catalina (12-III-1682), Eugenia (7-IV-1683; en su partida de bautismo se menciona que es hija de Francisco Rodríguez de Madaleno y Catalina de las Queridas; casada con Francisco Prieto el 11-XI-1709), Manuela (19-V-1689; casada con Toribio Fernández el 14-I-1712; en esa fecha ya habían fallecido los padres de Manuela.), Francisco (27-VI-1693) y Antonio (c. 1695; casado con Isabel Blanco el 8-IV-1728). Falleció antes de 1712.
IV. Francisco Rodríguez Madaleno (4º abuelo) nació en Torrelobatón y fue bautizado en la parroquia de Santa María el 27-VI-1693. Casó con Josefa Galán, en San Salvador del Valle (Municipio de Wamba, Valladolid), el 20-II-1721 (Source: FHL Film 1352395 it 1-2; Dates: 1706-1851) (ver Galán). Después del nacimiento de su primer hijo, Antolín, la familia se trasladó a vivir a Torrelobatón, donde nacieron sus otros nueve hijos. Francisco y Josefa fueron padres de: Antolín (b: Parroquia de San Salvador, San Salvador del Valle, 3-XII-1721), Catalina Rodríguez Galán (n: Torrelobatón, 31-VII-1723; b: Parroquia de Santa María de Torrelobatón, 11-VIII-1723), Francisca (n: 2-IV-1726; b: 17-IV-1726), Alonso (n: 23-I-1728; b: 4-II-1728), Laura (n: 28-III-1730; b: 8-IV-1730), Torcuato (n: 3-III-1732; b: 16-III-1732), Jacinto (n: 18-VII-1734; b: 2-VIII-1734), María (n: 7-IX-1736; b: 23-IX-1736), Josefa (n: 26-IX-1738; b: 13-X-1738), Manuela (n: 5-VIII-1740; b: 18-VIII-1740).
V. Antolín de Madaleno y Galán (tatarabuelo) nació en San Salvador del Valle, Valladolid, y fue bautizado en la parroquia de San Salvador, el 3-XII-1721 (Source: FHL Film 1352394; Dates: 1617-1851). Sus padres se trasladaron a vivir a Torrelobatón, antes de 1723. Ahí pasó Antolín su infancia y juventud. Hacia el año de 1740 se traslada a Amurrio (Tierra de Ayala, Araba). Casó el 4-XI-1742, en primeras nupcias, con Josefa de Montanera, de la cual tuvo dos hijos: Manuel Antonio (6-IX-1643) y Luis (6-X-1645). Más tarde, el 22-I-1749, en Amurrio, tuvo un hijo fuera de matrimonio con Josefa de Garbiras y Mugaburu (ver Garbiras): Vicente de Madaleno y Garbiras. El 23-II-1751, fue bautizado en la parroquia de San Antonio Abad de Bilbao, Agustín Antonio, hijo de Antolín de Madaleno y Josefa de Montanera.
VI. Vicente de Madaleno y Garbiras (bisabuelo) nació en Amurrio y fue bautizado el 22-I-1749 en la parroquia de Santa María. Muy joven se trasladó a Bilbao donde casó con Rita de Zárate (ver Zárate)el 25-I-1768 (Basílica de Santiago), con la que tuvo, al menos, tres hijos: María Jesús (23-III-1770), Josefa Francisca (20-X-1771) y Francisco Manuel (15-VI-1773).
VII. Francisco de Madaleno y Zárate (abuelo) nació en Bilbao, Bizkaia, el 15 de junio de 1773. Fue bautizado al día siguiente en la parroquia de San Antonio Abad (ver Bilbao). El 8-XI-1795, en la parroquia de San Vicente mártir, en Abando, contrajo matrimonio con Josefa Ramona de Olabarría y Aldecoa (ver Olabarría), con la que tuvo al menos seis hijos: Mariano Blas (c.1800), Rufina Eugenia (c.1804), José Prudencio (27-IV-1806), Justina (c.1810), Laureana (c.1813) y Timotea (24-I-1816). En el censo de 1825, esta familia aparece registrada de esta manera: "Francisco de Madaleno de 52 años, casado, maestro guarnicionero, natural de Bilbao, que vive en la calle Carniceria Vieja, nº 30-1º, casado con Josefa de Olabarria, de 50 años, de Bilbao. Viven con ellos José de Madaleno de 20 años, Maria Rufina de 22 años, Justina de 14 años y Laureana de 11 años". El oficio de Francisco era el de "maestro guarnicionero". El Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española explica que guarnicionero es "1) el operario que trabaja o hace objetos de cuero, como maletas, bolsos, correas, etc.; 2) el que hace o vende guarniciones para caballerías". Las guarniciones son el "conjunto de correajes y demás efectos que se ponen a las caballerías para que tiren de los carruajes o para montarlas o cargarlas". La Calle de la Carnicería Vieja es una de las Siete Calles de Bilbao, entre la Belostikale y la Barrenkale.
VIII. José Prudencio de Madaleno y Olabarría (padre) nació en Bilbao el 27-IV-1806. Al día siguiente recibió el Bautismo en la parroquia de San Antón. Casó con María Dolores de Gasteasoro y Alcibar, en la parroquia de los Santos Juanes, el 23-II-1833 (ver Gasteasoro). Tuvieron cinco hijos, de los cuales Cándido (1834-1901) fue el primogénito: Cándido (4-IX-1834), Víctor (c.1836), Eladio (c.1837), Trinidad (c.1838) y José (28-III-1839).
IX. Cándido Madaleno Gasteasoro nació en Bilbao el 4-IX-1834 a las 6 y media de la mañana (ver datos de su genealogía y sobre sus 16 tatarabuelos). Fue bautizado el mismo día en la parroquia de los Santos Juanes. Emigró a México y llegó como comerciante al puerto de Veracruz el 5 de marzo de 1853 en la fragata francesa "Cecilia" (cfr. AGN, Movimiento marítimo, Pasaportes y Cartas de Seguridad, gpo. 129, fecha 22-III-1853, exp. 206, foja 201, reg. 282494). En marzo de 1859 ya residía en la Hacienda de La Laja (Tequisquiapan, Querétaro). El 24-VI-1870 casó con Paz Domínguez Quintanar en la Ciudad de México (ver Domínguez). Vivió en San Juan del Río de 1870 a 1883, donde tuvo a sus seis hijas: María (18-V-1871), Paz (7-III-1873), Luz (16-XI-1874), Carmen (24-VIII-1876), Conchita (4-XII-1877) y Mercedes (116-XI-880). Antes de 1883 se trasladó la familia a la Ciudad de México. Falleció allí el 9-I-1901. Está sepultado en el panteón español. Ver ascendencia y descendencia. Ver una breve biografía.
X. Carmen Madaleno Domínguez (hija) nació en San Juan del Río el 24-VIII-1876 a la una y cuarto de la tarde en la casa de Don Esteban n° 6. El 1-IX-1876 recibió el bautismo en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe. Casó con José Sordo Mijares, en la Ciudad de México, el 28-VIII-1902 (ver Sordo). Tuvieron siete hijos: Carmen (1904-1987), Luisa (1905-1986), José (1907-1908), Maruca (1909-1974), Mercedes (1911-1985), Juan (1916-1985) y Conchita (1921). Carmen Madaleno fallece en la ciudad de México, el 21-II-1944. Cfr. biografía de Carmen Madaleno Domínguez. Ver ascendencia y descendencia.
5) Ruta genealógica: Madaleno ® Sordo.
6) Otros datos:
* Ver Archivo 1: Los Madaleno en Torrelobatón, Valladolid.
* Ver Archivo 2: Los Madaleno en el Páis Vasco (Amurrio y Bilbao).
* Ver Archivo 3: Los Madaleno en México.
* Ver Archivo 4: Cuatro bisabuelos de Cándido Madaleno Gasteasoro.
* Ver Archivo 5: Origen de los primeros 16 apellidos de Cándido Madaleno Gasteasoro.
bisabuelos.com

quarta-feira, dezembro 21, 2005

Os Cientistas são: Homens, Deuses...?

A Arte Refinada de Detectar Mentiras

Autor: Sagan
Fonte: O M A P D

“A compreensão humana não é um exame desinteressado, mas recebe infusões da vontade e dos afectos; disso se originam ciências que podem ser chamadas ‘ciências conforme a nossa vontade. Pois um homem acredita mais facilmente no que gostaria que fosse verdade. Assim, ele rejeita coisas difíceis pela impaciência de pesquisar; coisas sensatas, porque diminuem a esperança; as coisas mais profundas da natureza, por superstição; a luz da experiência, por arrogância e orgulho, coisas que não são comummente aceitas, por deferência à opinião do vulgo. Em suma, inúmeras são as maneiras, e às vezes imperceptíveis, pelas quais os afectos colorem e contaminam o entendimento.” – Francis Bacon, Novum organon (1620)

Meus pais morreram há anos. Eu era muito ligado a eles. Ainda sinto uma saudade terrível. Sei que sempre sentirei. Desejo acreditar que sua essência, suas personalidades, o que eu tanto amava neles, ainda existe – real e verdadeiramente – em algum lugar. Não pediria muito, apenas cinco ou dez minutos por ano, para lhes contar sobre os netos, pô-los ao corrente das últimas novidades, lembrar-lhes que eu os amo. Uma parte minha – por mais infantil que pareça – se pergunta como é que estarão. “Está tudo bem?”, desejo perguntar. As últimas palavras que me vi dizendo a meu pai, na hora de sua morte, foram: “Tome cuidado”.
Às vezes sonho que estou falando com meus pais, e de repente – ainda imerso na elaboração do sonho – sou tomado pela consciência esmagadora de que eles não morreram de verdade, de que tudo não passou de um erro horrível. Ora, ali estão eles, vivos e bem de saúde, meu pai fazendo piadas inteligentes, minha mãe muito séria me aconselhando a usar uma manta porque está frio. Quando acordo, passo de novo por um processo abreviado de luto. Evidentemente, existe algo dentro de mim que está pronto a acreditar na vida após a morte. E que não está nem um pouco interessado em saber se há alguma evidência séria que confirme tal coisa.
Por isso, não rio da mulher que visita o túmulo do marido e conversa com ele de vez em quando, talvez no aniversário de sua morte. Não é difícil de compreender. E se tenho dificuldades com o status ontológico daquele com que ela está falando, não faz mal. Não é isso que importa. O que importa é que os seres humanos são humanos. Mais de um terço dos adultos norte-americanos acreditam que em algum nível estabeleceram contacto com os mortos. O número parece ter dado um pulo de 15% entre 1977 e 1988. Um quarto dos norte-americanos acredita em reencarnação.
Mas isso não significa que estou disposto a aceitar as pretensões de um “médium”, que afirma canalizar os espíritos dos seres amados que partiram, quando tenho consciência de que a prática está cheia de fraudes. Sei o quanto desejo acreditar que meus pais só abandonaram os cascos de seus corpos, como insectos ou cobras na muda, e partiram para outro lugar. Compreendo que esses sentimentos poderiam me tomar uma presa fácil até de um trapaceiro pouco inteligente, de pessoas normais que desconhecem suas mentes inconscientes, ou dos que sofrem de uma desordem psiquiátrica dissociativa. Relutantemente, ponho em acção algumas reservas de cepticismo.
Como é, pergunto a mim mesmo, que os canalizadores nunca nos dão informações verificáveis que nos são inacessíveis por outros meios? Por que Alexandre, o Grande, nunca nos informa sobre a localização exacta de sua tumba, Fermat sobre o seu último teorema, James Wilkes Booth sobre a conspiração do assassinato de Lincoln, Hermann Goering sobre o incêndio do Reichstag? Por que Sófocles, Demócrito e Aristarco não ditam as suas obras perdidas? Não querem que as gerações futuras conheçam as suas obras-primas?
Se fosse anunciada alguma evidência real de vida após a morte, desejaria muito examiná-la; mas teria de ser uma evidência real científica, e não simples anedota. Em casos como A Face em Marte e os raptos por alienígenas, eu diria que é melhor a verdade dura do que a fantasia consoladora. E, no cômputo final, revela-se frequentemente que os fatos são mais consoladores que a fantasia.
A premissa fundamental da “canalização”, do espiritismo e de outras formas de necromancia é que não morremos quando experimentamos a morte. Não exactamente. Continua a existir alguma parte de nós que pensa, sente e tem memória. Seja o que for – alma ou espírito, nem matéria nem energia, mas alguma outra coisa –, essa parte pode entrar novamente em corpos humanos ou de outros seres, e assim a morte perde grande parte da sua ferroada. E ainda mais: se as afirmações do espírita ou canalizador são verdadeiras, temos uma oportunidade de entrar em contacto com os seres amados que morreram.
J. Z. Knight, do estado de Washington, afirma estar em contacto com um ser de 35 mil anos chamado Ramtha. Ele fala inglês muito bem, usando a língua, os lábios e as cordas vocais de Knight, com um sotaque que me parece ser hindu. Como a maioria das pessoas sabe como falar, e muitas – de crianças a actores profissionais – têm um repertório de vozes a seu dispor, a hipótese mais simples sugere que e a própria Sra. Knight que faz Ramtha falar, e que ela não tem constato com entidades desencarnadas da época plistocena glacial. Se há provas em contrário, gostaria muito de conhecer. Seria consideravelmente mais impressionante se Ramtha pudesse falar por si mesmo, sem a ajuda da boca da sra. Knight. Isso não sendo possível, como podemos testar a afirmação? (A atriz Shirley MacLaine afirma que Ramtha foi seu irmão em Atlântida, mas isso já é outra história.)
Vamos supor que Ramtha pudesse ser interrogado. Poderíamos verificar se ele é quem afirma ser? Como é que ele sabe que viveu há 35 mil anos, mesmo aproximadamente? Que calendário emprega? Quem está tomando nota dos milénios intermediários? Trinta e cinco mil mais ou menos o quê? Como é que eram as coisas há 35 mil anos? Ou Ramtha tem realmente essa idade, e nesse caso vamos descobrir alguma coisa sobre esse período, ou é uma fraude e ele (ou melhor, ela) vai se trair.
Onde é que Ramtha vivia? (Sei que fala inglês com sotaque hindu, mas onde é que falavam assim há 35 mil anos?) Como era o clima? O que Ramtha comia? (Os arqueólogos têm alguma noção do que as pessoas comiam nessa época.) Quais eram as línguas autóctones, e qual era a estrutura social? Com quem mais Ramtha vivia – com a mulher, mulheres, filhos, netos? Qual era o ciclo da vida, a taxa de mortalidade infantil, a expectativa de vida? Eles tinham controle populacional? Que roupas vestiam? Como elas eram fabricadas? Quais os predadores mais perigosos? Os instrumentos e as estratégias da caça e da pesca? Armas? Sexismo endémico? Xenofobia e etnocentrismo? E, se Ramtha descendia da “elevada civilização” de Atlântida, onde estão os detalhes linguísticos, tecnológicos, históricos e de outra natureza? Como era a sua escrita? Respondam. Em lugar disso, a única coisa que recebemos são homilias banais.
Continua...








Cerimónia teve lugar esta sexta-feira

José Inácio Madaleno apresentou 'Heróis Anónimos' no Torrão
José Inácio Madaleno apresentou - esta sexta-feira - no Torrão, o seu livro: "Os Heróis Anónimos" que pretende ser, uma história "de certo modo - uma prova de respeito pelo bom povo trabalhador" do Torrão. Pelos estóicos trabalhadores rurais trabalhadores do campo como gostam de salientar.
Lê-se no prefácio do terceiro livro deste alentejano apaixonado por Angola: "Desde tempos imemoriais que ("Os Heróis Anónimos"): estes homens, estas mulheres e estas crianças, arrancam da mãe natureza o pão-nosso de cada dia - para alimentar um País - que: os marginalizou, sempre os considerou meros cidadãos de segunda, meros instrumentos de trabalho e de exploração. É de lamentar que deles não existam também "estátuas ou figuras alusivas", consubstanciadas numa homenagem colectiva a todos cujo suor e sangue derramam - ao longo de séculos - pelos campos da nossa terra, do nosso Alentejo, do nosso País. Ficaria duplamente feliz se o Torrão - a minha terra - fosse a primeira Vila a fazê-lo. Que prestasse essa justa e singela homenagem aos seus filhos mais sofridos, aos menos mediáticos, aos menos favorecidos pela vida e com a profissão mais mal paga e injusta do planeta. Para eles foram sempre reservados os trabalhos mais duros, mais pesados, menos nobres, no conceito das elites deste país. São deles os salários mais baixos, as condições sociais mais precárias e inumanas. Continuam a trabalhar como trabalhavam há séculos. É fácil encontrá-los nas intermináveis filas das consultas médicas, nos corredores das emergências dos hospitais, ("sozinhos") nas morgues deste país discricionário. Os responsáveis - que deliberadamente os ignoraram - quando falarem deles terão: que se penitenciar; que reconhecer o seu exacto valor e se perfilarem. Pelo muito que o País lhe deve, pelo desprezo a que sempre os votou.
Este livro foi intencionalmente escrito em linguagem formal porque, ser analfabeto não é ser ignorante. Quando se cerceiam intencionalmente o acesso às condições mínimas de vida, ao ensino e à saúde; a designação de analfabeto tem para mim uma conotação semelhante a uma licenciatura, ou doutoramento. Pessoas que só o são (ou foram), por lhe terem sido facultadas as condições para tal. "O maior crime que um País pode cometer é o de cercear - de qualquer forma aos seus filhos - o acesso ao ensino, à saúde e à educação". O povo português, enquanto sujeito da história, nunca mereceu qualquer respeito por parte dos seus governantes. Os chorudos proventos tirados do esventrar da terra, da mão-de-obra escrava até ao seu aniquilamento enquanto fonte de riqueza, ou até, à revolta desesperada dos seus naturais foi sempre; uma constante no Alentejo e no nosso País. Os homens com (H) sabem que isto é verdade, os filhos da mã... também o sabem. Mas, não tem que ser assim meus senhores; devemos inverter o sentido das coisas. Os antigos como os actuais latifundiários decerto compreenderão: que não é matando as galinhas dos ovos de ouro que os tornarão mais ricos. Não é com um povo faminto e doente que o conseguirão...
18.12.2004 - 00:43

segunda-feira, dezembro 19, 2005


O meu segundo romance sobre Angola:
"O CAMACOVO, CAMACOVE OU CAMACOWE (CFB)" será, para sempre, uma das referencias mais emblemática de Angola, de todos os tempos.
Introdução


Trata-se de um romance de ficção baseado em extractos de vivência do autor - enquanto Furriel Miliciano na 14 ª Companhia de “COMANDOS” – nos anos de 1967 a 1970, no decorrer da guerra colonial em Angola. Embora ficcionado, o romance retracta alguns factos desse período: (“Tirem-me daqui!...”), era frequente ouvir-se em desespero de causa. Da dificuldade de compreensão por parte dos que foram obrigados a pegar em armas, por razões duvidosas, contra organizações suspeitas. No terreno, em contacto com a realidade, só encontrávamos ostracismo e miséria a que as populações tinham sido votadas. Esse desprezo e esse abandono já eram nossos conhecidos da metrópole. Muitas vezes abordados por nós – militares de vinte, vinte e um anos – evangelizados até à medula e intencionalmente despolitizados. A luta pela liberdade contra a tirania é ancestral na história da humanidade: "de um lado as minorias, detentoras dos privilégios e do poder; do outro as maiorias – constituídas pelos pobres, pelos os humildes – sustentáculos dos todo-poderosos e das suas hipocrisias"
Era estranho, que naquela guerra só houvesse meninos «Zés-ninguém» como eu. Independentemente dos postos que ocupavam: "Soldados; Cabos; Furriéis; Alferes; Capitães – todos milicianos –, fossem filhos das classes mais pobres dos que não tinham podido comprar a liberdade e fuga à guerra". Os filhos dos ricos, dos poderosos – salvo raras excepções – não foram tão patriotas. Escolheram fugir para o estrangeiro, ou continuarem os seus eternos cursos superiores. Muitos angolanos ricos, ou privilegiados, também não fizeram a guerra nem a oposição. Alguns estavam na metrópole, à sombra da bandeira nacional, onde a tropa era apenas de alguns meses. Mais tarde chegaria à conclusão que isso lhes havia sido duplamente vantajoso: porque não fizeram parte do milhão de militares envolvidos na guerra do ultramar; nem na lista dos cerca de onze mil mortos que a mesma originou – pela parte portuguesa; nem dos milhares de civis angolanos e portugueses vítimas no início e durante as hostilidades. Curiosamente, hoje são os heróis, porque não lutaram a favor dos colonialistas nem dos terroristas. Acabaram os seus cursos superiores e, através dos partidos políticos, são actualmente: os dignos representantes dos cobardes que fizeram a guerra contra os seus irmãos de além-mar. Representam o povo no parlamento, com as mesmas convicções dos anteriores ditadores: como deputados; membros de vários governos; à frente das principais instituições. Auferem chorudos ordenados, com reformas vitalícias ao fim de meia dúzia de anos de “mandatos.”
Os cobardes que fizeram a guerra contra os seus irmãos de além-mar – que eles nos perdoem –, transtornados com doenças de todo o género provocadas por essa mesma guerra, transportam consigo os estigmas: do matar para não ser morto, do não matarás, porque se a arma que mata for para defender a paz; “os Anjos choram mas não condenam.” Esses, não têm direitos... Ontem, tal como hoje, não mandamos na nossa terra. A justiça, a saúde, o ensino, a liberdade de pensamento são só para alguns. Os hipócritas, que abandonaram o barco quando o país os chamou, esses; têm direitos.
Não é lícito que, só ao bom povo – tanto de Angola como de Portugal –, seja assacado a responsabilidades da exploração da Santa Pátria Angolana; das suas riquezas, das suas gentes. Onde entra a responsabilidade da “Hierarquia da Igreja” (da Religião Católica Apostólica Romana), no meio de tudo isto? Quando os seus mais altos dignitários, antes dos embarques, nos liam excertos como este: (“...Quando a arma que mata serve para defender a paz, os anjos choram mas não condenam...”)
É lícito, justíssimo, prestar homenagem póstuma a todas as vítimas negras e brancas de Angola e de Portugal. A todos os mutilados, aos que sofreram os horrores da guerra. Muito honestamente, pela degradação a que as coisas haviam chegado, sempre pensei que pudesse haver uma revolução em Portugal. Nunca pensei que surgisse dos militares, mas sim dos ex- militares. Com uma experiência acumulada, de treze longos anos de guerra, jamais consentiriam - quando regressassem às suas terras de origem que as arbitrariedades continuassem. Mas não: a revolução surgiu, justamente, de um dos sectores mais conservadores da nossa sociedade. Surgiu de uma classe – os militares – por se sentirem injustiçados reivindicavam na altura: aumentos de ordenados e outras regalias que uns tinham e outros não. Não deixa de ser curioso não obstante ter servido para que a Pátria enterrasse alguns fantasmas do passado; mas não todos. Sinto-me traído, usado, pelo estadismo de ontem e o liberalismo triunfalista de hoje. Ambos têm em comum o abandono das populações. O povo português, enquanto sujeito da história, nunca mereceu qualquer respeito por parte dos seus governantes. Nos momentos difíceis eu e os meus colegas interrogávamo-nos: ("Onde estão os filhos dos ricos e dos poderosos; porque compraram eles a liberdade e nós não; porque permitia o sistema tal procedimento, tal arbitrariedade?...) Hoje, somos nós os criminosos. Porque não tivémos dinheiro – ou condição social – para comprar a liberdade e fuga à guerra. Para nos cobrirmos com a desculpa de sermos estudantes, ou hipocritamente nos misturarmos com os funcionários de empresas de retaguarda, onde os filhos dos ricos - a troco de muito dinheiro - se escudaram: como no caso das (OGMA) – Oficinas Gerais de Material Aeronáutico – em Alverca. Este com plexo militar, da Força Aérea, chegou a ter – à sombra da bandeira nacional – efectivos de seis mil funcionários durante o tempo de guerra. Consta, que alguns iam de «Porsches» para o “trabalho”. A exaltação à Pátria a qualquer preço, os chorudos proventos tirados do esventrar da terra, da mão-de-obra escrava até ao seu aniquilamento enquanto fonte de riqueza, ou até; à revolta desesperada dos seus naturais. As consequências destes actos nunca foram contabilizadas: nem com a Pátria; nem com os povos negros e brancos de Angola e de Portugal; nem com os novos Países de expressão portuguesa (ex-colónias portuguesas), povos nossos irmãos por força de contingências históricas, bem claras.
Este livro não é, de forma alguma, uma demonstração de antipatriotismo do autor. É antes, uma tentativa de alerta contra todas as formas discricionárias e hipócritas dos todo-poderosos que, a pretexto de determinados valores, se perfilam sempre: atrás de símbolos; de organizações marginais; do poder económico, político e religioso. O autor dedica esta obra a todos que, se identificam com ela, através do reconhecimento pelos cheiros, pelas sensações, pela pureza e simplicidade das gentes. Beija a Santa Terra de Angola, a grande metrópole, a mãe de todas as Pátrias. A grande casa da língua portuguesa ajoelha perante ti – Angola – e pede-te perdão: pelos eventuais excessos cometidos por mim, pela minha gente e pela minha Pátria.




«Angola foi o grande amor da minha vida, Luanda a minha eterna namorada»

Lisboa, Setembro de 2002

José Madaleno




sábado, dezembro 17, 2005

ESTE FOI O MEU PRIMEIRO ROMANCE SOBRE ANGOLA (O GRANDE AMOR DA MINHA VIDA), DATADO DE DEZEMBRO DE 1989, " EDICÇÃO DE AUTOR"


José Inácio Madaleno




A Fazenda «Mariana»



ANGOLA, Abril de 1968



Edição Zulu



NOTA DO AUTOR


Este romance é uma obra de ficção. As personagens, os locais, e as demais descrições, são fruto da imaginação criadas por situações vividas pelo autor. Os acontecimentos descritos neste romance nunca se deram, as personagens intervenientes, os seus nomes e lugares não existiram da forma como as descrevi. Situei a minha história em Angola – ex-colónia portuguesa – porque vivi lá. Esta circunstância permite-me assim evitar – com conhecimento de causa – qualquer semelhança entre os elementos descritos e a realidade. Quero no entanto e de forma simbólica prestar homenagem a todos, que directa ou indirectamente se identificam com Angola e o seu povo.
O meu conceito de povo abrange todos os angolanos: "negros, mestiços e brancos" e, todos os portugueses: " brancos, mestiços e negros."
Queria ainda lembrar que Angola é uma mãe generosa. Suficientemente grande e rica para albergar todos os seus filhos sem preconceitos rácicos, religiosos, étnicos, ou outros, de qualquer ordem. Quem a abjurar sofrerá quem a dividir morrerá. Esta homenagem é ainda extensiva a todos os países irmãos de expressão portuguesa.





JOSÉ INÁCIO MADALENO

Lisboa, Dezembro de 1989.

CENTRO DE INSTRUÇÃO DE "COMANDOS" - LUANDA - BAIRRO CAZENGA.
Olá Rui!

Te venho encontrar aqui, sozinho, falando coisas bonitas de Angola que pouca gente conhece. Sentindo o pulsar do povo, nisso reside a diferença, no conhecer e no sentir…
Vou contar-te uma cena que aconteceu – nos antigamente – aí, penso que no mesmo local. Fui incumbido de descer o Bengo – de barco – desde as bombas de abastecimento de àgua a Luanda, até à ponte do CF em betão e coqueiros até mais não. Esse rio tem bué de peixe prata mermão, só te digo… Saímos e logo um mangas quis subir no coqueiro p’ra tirar um coco. Sobes tu… sobes quem?... Subiu ele, que tinha 2m de altura, enquanto o coqueiro ria de nós. És capaz, não és capaz e ficámos na conversa, enquanto o Palma subia. Pouco tempo depois avisei que era melhor sair dali não fosse o coco verde cair e… Tásaver?...
- Aka!… Alguma vez ele lá chega!? – Disse o outro.
E não saiu, mas eu saí. O coco (verde +/ – 5kg) veio na berrida e acertou na mona – só levemente – do meu amigo Lima que foi parar só no hospital militar. (Ele hoje é Ten. Coronel “Comando”), porque o coco não quis lhe acertar em cheio; só por isso. Destas, eu gosto de lembrar… Cenas dessa Angola imensa com milhares de histórias lindas p’ra contar, por olhos – como os teus – que sabem ver essas coisas. Também tens muito patrícios que admiram as histórias que nos contas desses lugares de sonho.

Um abraço p’ra ti e p’rá Dª Ilda. Ficámos à tua espera, mas…
madaleno

sexta-feira, dezembro 09, 2005



FOTOGRAFIA TIRADA EM BOLONGONGO - ANGOLA EM 1970. MUITA GENTE SE RECORDARÁ DESSE JARDIM, EX-LIBRIS DA VILA DE BOLONGONGO.
madaleno


ANGOLA, FAZENDA SANTA HERMÍNEA.


MADALENO
(algures nos Dembos.)

Estas são imagens de guerra, imagens de que não gosto. Que, ainda hoje me fazem pensar, me ajudam a compreender o valor da libertade.
("Todos os povos têm direito à sua liberdade...")
Foi a guerra que me levou até Angola - o meu grande amor. Aí aprendi que não se pode manter pessoas amarradas a dogmas, a mentiras e hipocrisias. Lá aprendi que o povo só desejava a paz, não a guerra. Só aos grandes f.d.p. interessa desmantelar países, bloquear culturas, cercear conhecimentos; para assim tornarem mais fácil a manipulação das consciências, o roubo das almas, da vida das pessoas.... continua.